

También mis viajes de niño, casi adolescente, a Maguilla –Badajoz- con los titos Emilio y Fermina y mis también entrañables primas Fermina y Ascensión Allí me iba incluso en época colegial y durante el tiempo que estaba, iba a la Escuela, lo que para mí era lo más importante de todo. Recuerdo a Don Francisco el Maestro, que siempre me acogió muy bien y se tomaba mucho interés en que yo siguiera en mi línea de aprendizaje. De algunos de los que fueron esporádicamente mis compañeros de clase aun recuerdo sus caras y lo afectuoso que fueron conmigo y lo bien que nos lo pasábamos en los juegos y haciendo excursiones por los alrededores del pueblo. Allí aprendí a bailar (lo que ahora le llaman “baile de salón”) bastante bien, ello me sirvió para lucirme después en la feria de Alanís y enseñar a mis amigos, que por entonces sólo sabían bailar el “paso doble”. La tía Fermina era muy cariñosa conmigo y me permitía muchos caprichitos. La que bailaba conmigo era Ferminita, también muy cariñosa. Ascensión era aún muy pequeña.