Sigo con el año 1940. Yo acababa de cumplir nueve años. Nací el cuatro de septiembre de l931, en plena efervescencia de la Segunda República Española. En el pueblo, al estar tan reciente LA TRAGEDIA, se respiraba poca alegría. Además agravada por la absoluta escasez de todos los productos de primera necesidad. El día que cumplí nueve años, amaneció un día de sol espléndido, con ese cielo de un azul especial, limpio e incomparable que goza Alanís. Corría una fina brisa que bajando del norte por el "Cerro del cura", causaba bienestar en los cuerpos. Aún estábamos en época veraniega. Amén del olorcillo a pan caliente del horno de Adriano (de escasa producción) y que después sería entregado a las autoridades para ser repartido a través de las dichosas "cartillas de racionamiento" que, cada familia, había recibido del Ayuntamiento, aunque con "ciertas irregularidades". Este "aroma", esparcido por todo el pueblo, hacía que a los niños se nos hiciera la boca agua pensando en la hora de su reparto. Cuánta nostalgia me traen estos recuerdos.
Aquél día estaba contentísimo, me encontraba en la plaza del Ayuntamiento y aunque no era costumbre celebrarse el cumpleaño, por entonces sólo se tenía en cuenta el santo, y lo de hacer regalos se lo podían permitir muy pocas familias. Pero como yo era un niño vivaz y fácil para relacionarme con todos, recibí sendos obsequios de mis amigos.
Principalmente, cuentos y tebeos que tanto me ilusionaban. No todos eran ejemplares nuevos, también los había usados procedentes de algún cambalache. Varios títulos de los hermanos Green; de Roberto Alcázar y Pedrín: El Capitán Trueno; El Guerrero del Antifaz; Flas Gordon, Fumanchú, etc. De las niñas, preciosas postales casi todas con "vistas de Sevilla" ¡qué ilusión! También de la Patrona del pueblo, la Virgen de las Angustias. Yo, muy emocionado expresaba:
- ¡Hombre! gracias a todos por los cuentos y tebeos. Son los últimos ejemplares editados, especialmente, este de Roberto Alcázar y Pedrín, mirad, ya van por el 87.
¡Qué serie más estupenda! Y cómo nos lo pasábamos leyéndolos en voz alta cuando nos reuníamos para ello.
A Irene, cuanto agradecí su postal; ¡Qué linda era! Con la Torre del Oro y la Giralda al fondo, y ¡qué bonito se veía el río Guadalquivir!
Aquél día estaba contentísimo, me encontraba en la plaza del Ayuntamiento y aunque no era costumbre celebrarse el cumpleaño, por entonces sólo se tenía en cuenta el santo, y lo de hacer regalos se lo podían permitir muy pocas familias. Pero como yo era un niño vivaz y fácil para relacionarme con todos, recibí sendos obsequios de mis amigos.
Principalmente, cuentos y tebeos que tanto me ilusionaban. No todos eran ejemplares nuevos, también los había usados procedentes de algún cambalache. Varios títulos de los hermanos Green; de Roberto Alcázar y Pedrín: El Capitán Trueno; El Guerrero del Antifaz; Flas Gordon, Fumanchú, etc. De las niñas, preciosas postales casi todas con "vistas de Sevilla" ¡qué ilusión! También de la Patrona del pueblo, la Virgen de las Angustias. Yo, muy emocionado expresaba:
- ¡Hombre! gracias a todos por los cuentos y tebeos. Son los últimos ejemplares editados, especialmente, este de Roberto Alcázar y Pedrín, mirad, ya van por el 87.
¡Qué serie más estupenda! Y cómo nos lo pasábamos leyéndolos en voz alta cuando nos reuníamos para ello.
A Irene, cuanto agradecí su postal; ¡Qué linda era! Con la Torre del Oro y la Giralda al fondo, y ¡qué bonito se veía el río Guadalquivir!
-¡Ah!-Le dije - Me gusta mucho la dedicatoria: "A mi amigo Federico con mucho afecto y con el deseo de que Nuestra Patrona, La Virgen de las Angustias te ayude a hacer realidad esos "sueños" que tienes tan bonitos, para cuando, en el futuro, arribes a esta maravillosa ciudad".
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